Los almacenes Camacho Roldán, de los cuales vemos una publicidad gráfica de mediados del siglo XX, cuentan una de las historias empresariales más sorprendentes, longevas y extraordinarias de Colombia.

Esta empresa tuvo sus inicios como una ferretería en Bogotá en 1846, ubicada cerca de la Plaza de Bolívar. En ella se comercializaban todo tipo de artículos que iban desde libros, medicinas y equipos para oficinas hasta artículos para el hogar.

En 1855, los útiles de escritorio que se comercializaban en la misma empezaron a venderse en una sede aparte, y de ahí surgió la librería Camacho Roldán & Tamayo, una de las librerías más importantes del siglo XIX y principios del XX en Colombia.

En su creación participó Salvador Camacho Roldán, destacado político liberal que llegaría a ser presidente designado de la República entre 1868 y 1869, además de periodista, comerciante y académico (también es considerado el padre de la sociología y la economía política en el país). La librería fue una institución de gran importancia para la expansión de la cultura escrita en el país; entre los muchos libros que imprimió y vendió se encontraban los manuales de enseñanza escolar.

La librería tuvo un auge tan importante que, además de muebles para el estudio, también llegó a vender instrumentos y partituras musicales. Luego, en 1900, hizo su aparición otra empresa asociada, llamada CAMACHO HNOS, que se dedicaba a la producción de muebles exquisitos.

En 1991 la empresa cambió de manos tras ser adquirida por Alexander Bennett. En la actualidad vende no sólo muebles, sino también tapicería, a la vez que hace restauraciones.